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viernes, diciembre 22, 2006 I will do such things,--What they are, yet I know not: but they shall be the terrors of the earth. William Shakespeare, King Lear The mind is its own place, and in itself can make a Heav'n of Hell, a Hell of Heav'n. John Milton, Paradise Lost N. de marypoppins: Y con este post de Chiquilín de Bachín, damos perfecto cierre a este blog, para que tenga una muerte digna. Agradezco a todos los que participaron, y a los que alguna vez pasaron y leyeron también. La visión de una gran periodista sobre el famoso "11-S". "Me pides que hable, esta vez. Me pides que rompa, al menos esta vez, el silencio por el que he optado y que, desde hace años, me he impuesto para no mezclarme con las chicharras. Y lo hago. Porque he sabido que, incluso en Italia, algunos se alegraron, como aquella tarde se alegraron en televisión los palestinos de Gaza. «¡Victoria, victoria!». Hombres, mujeres y niños. Siempre que se pueda seguir definiendo como hombre, mujer o niño al que hace una cosa así. He sabido que algunas chicharras de lujo, políticos o supuestos políticos, intelectuales o supuestos intelectuales, amén de otros individuos que no merecen la calificación de ciudadanos, se comportan sustancialmente de la misma forma. Dicen: «Les está bien empleado a los americanos». Me siento muy, muy indignada. Indignada con una rabia fría, lúcida y racional. Una rabia que elimina cualquier atisbo de distanciamiento o de indulgencia. Una rabia que me invita a responderles y, sobre todo, a escupirles. Les escupo a todos ellos. Indignada como yo, la poetisa afroamericana Maya Angelou, rugió también: «Be angry. It's good to be angry, it's healthy» (Indignaos. Es bueno estar indignados. Es sano). No sé si indignarme es saludable para mí. Pero sé que no les sentará bien a ellos, a los que admiran a Osama bin Laden, a los que le expresan comprensión, simpatía o solidaridad. Con tu petición se ha encendido un detonante, que hace mucho tiempo que quiere explotar. Ya lo verás. Me pides que cuente cómo he vivido yo este Apocalipsis. Que escriba, en suma, mi testimonio. Ahí va. Estaba en casa. Mi casa está situada en el centro de Manhattan y, a las nueve en punto, tuve la sensación de un peligro inminente que quizás no me alcanzase, pero que ciertamente me iba a afectar profundamente. Era la sensación que se siente en la guerra, durante el combate, cuando con todos los poros de tu piel sientes las balas o el cohete que silba, estiras las orejas y gritas al que está a tu lado: «¡Down! ¡Get down!» (¡Al suelo. Echate al suelo!). Tardé un poco en reaccionar. ¡No estaba ni en Vietnam ni en una de las numerosas y horribles guerras que, desde la II Guerra Mundial, han atormentado mi vida! Estaba en Nueva York, caramba, una maravillosa mañana de septiembre del año 2001. Pero la sensación siguió apoderándose de mí, inexplicable, y entonces hice lo que no suelo hacer nunca por la mañana. Encendí la televisión. El sonido no funcionaba, pero la pantalla, sí. Y en todos los canales, aquí hay casi 100 canales, veía una Torre del World Trade Center que ardía como una gigantesca cerilla. ¿Un cortocircuito? ¿Una avioneta estrellada contra la Torre? ¿O un atentado terrorista planeado? Casi paralizada, permanecí fija ante la pantalla y, mientras la miraba fijamente y me planteaba esas tres preguntas, apareció un avión. Blanco y grande. Un avión de línea. Volaba bajísimo. Y volando bajísimo se dirigía hacia la segunda Torre como un bombardero que apunta a su objetivo y se arroja sobre él. Entonces me di cuenta de lo que estaba pasando. Me di cuenta, porque, en ese mismo momento, volvió la voz a mi tele, transmitiendo un coro de gritos salvajes. Realmente salvajes: «¡Oh God, oh, God, God, God, Gooooooood!». Y el avión penetró en la segunda Torre como un cuchillo que corta un trozo de mantequilla." Oriana Fallaci. Fragmento. Pueden leer más aquí.
lunes, octubre 23, 2006 Les dejo esta breve pieza dramática que nos mandó Oscar Ricardo Encinas Pattz desde Bolivia para compartir con nosotros en este blog.Nota del Autor: ALGUNOS HECHOS HAN SIDO LEVEMENTE MODIFICADOS PARA SU ADAPTACIÓN A LA BREVE OBRA TEATRAL. ------------- PRIMER ACTO ------------- PERSONAJES: 5 GUERRILLEROS - CARLOS - JULIO - HUGO - DESCONOCIDO - DESCONOCIDO 3 RANGERS - RANGER 1 - RANGER 2 - RANGER QUE ES HERIDO PERO VIVE UN PELOTÓN DE GUERRILLEROS EN MEDIO DE UNA HÚMEDA Y PROFUNDA SELVA CONVERSA A VOZ DEFENSIVA ACERCA DE LA ESTRATEGIA QUE LES LLEVARÍA A LA VICTORIA DE SU ACTUAL PLAN... - CARLOS: ¿Por dónde salimos al norte? - JULIO: Baja la voz... Escuché algo... - CARLOS: ¿Qué? (mirando hacia todos lados agachado) - HUGO: Seguro no era nada... - JULIO: Bueno... - CARLOS (en tono calmo): Al suelo todos... (Los 5 guerrilleros se agachan tomando sus boinas o gorros) - JULIO: Shhh... - CARLOS: ¿Por dónde salimos? - HUGO (después de unos segundos silenciosos y cautelosos): Por acá (indicando con el brazo) De pronto se encuentran con 3 rangers, después de una discusión de ¡SOLTAR LAS ARMAS! ¡QUIETO O DISPARO! ¡ABAJO TERRORISTAS! en una mezcla de voces, comienza la balacera, uno de los rangers cae herido. Los otros dos disparan a discreción a los guerrilleros, matando instantáneamente a uno de un tiro en la cabeza, hiriendo a otro en el el vientre, quien gritaba de dolor y se retorcía en el suelo. Julio y Hugo son heridos en los costados y finalmente Carlos es asesinado siendo desnucado una vez cayeron heridos o muertos sus compañeros. Uno de los rangers se acerca a los caídos y retira sus armas de sus cercanías, el guerrillero herido que se retorcía en el piso grita ¡Malditos! ¡Opresores! ¡Hijos de...! Etc. Es cuando el ranger que retiró las armas se acercá y de un tiro en la cabeza le quita la vida mientras que el otro ranger atendía a su compañero herido levemente y los dos guerrilleros heridos en los costados tirados en el suelo no decían nada. El ranger herido se levanta y patea en la cara de Hugo quien se encontraba en el suelo apoyándose con un codo... - RANGER HERIDO: Terroristas, lacra... - JULIO (después de recibir la patada): ¡TIRANO! - RANGER HERIDO (pateando en el vientre de Julio): ¡CALLE! Uno de los rangers se acercó, miró hacia abajo a los guerrilleros y estalló en risa junto a sus compañeros... - RANGER: ¿Es esto lo que querían lograr? - HUGO: Nuestros cuerpos morirán, pero nuestras almas vivirán y harán que la contienda llegue a la gloria... - RANGER 2 (riendo): ¿Es eso lo que crees? - RANGER HERIDO: Desgraciados (escupiendo al suelo) Terroristas, asesinos, solo traerán violencia y rebeldía a estos lugares ¿Ese es su objetivo? ¿Ese es el objetivo de su líder? - JULIO (tosiendo y en palabras fuertes): La libertad, la igualdad... ¡LA PAZ! Esa es la meta... - RANGER 2: Con rebeldía nunca llegarán a eso, y que esta sea su lección. - HUGO: Con tiranía nunca habrá paz... - JULIO: Con opresión, con desigualdad, por intereses... - RANGER: ¿Qué les ha enseñado su líder? - JULIO: A luchar por lo mejor... - RANGER: Les ha enseñado a ver las cosas a su manera, ha jugado con sus mentes para que ustedes se conviertan en marionetas, mercenarios... - JULIO: ¡NO! ¡USTEDES NO SABEN NADA! ¡MALNACIDOS! - RANGER 2 (pateando repetidas veces Julio mientras dice): Aprende... A... Respetar... Desgraciado... Julio se retorcía en el suelo y Hugo miraba a los rangers con una ira asesina mientras estos conversaban entre sí discutiendo acerca de la validez de la vida de los guerrilleros sobrevivientes. - RANGER: La CIA los quiere vivos a todos, puede que nos lleven a su líder. - RANGER 2: Pero los rumores de la quebrada del churo pueden ser ciertos. - RANGER: Ese cabrón escurridizo debió haberse safado. - RANGER HERIDO: Si no tienen algo que decirnos que nos sea de utilidad deberemos deshacernos de ellos. - RANGER: Al final de cuentas son solo guerrilleros, asesinos y malechores. - RANGER 2 (mirando hacia los guerrilleros heridos que intentaban alcanzar las armas): ¡OYE! Se acercó y pateó las armas más lejos y posteriormente golpeó a los guerrilleros con la culata de su rifle en la cada de cada uno dejándolos noqueados unos segundos. - RANGER 2 (volviendo hacia sus compañeros): Sí, lo mejor es deshacernos de estos. - RANGER (acercándose a los guerrilleros heridos): ¿Dónde está su líder? - HUGO (esforzado): ¿Para qué quieres saberlo? - RANGER: Para darle un regalo de agradecimiento a toda la mierda que ha traído... - HUGO: ¡Vete al carajo! - RANGER (tomando de los cabellos a Hugo y agachándose con voz amenazante): Escuchame bien pedazo de basura, quiero que me digas dónde está tu líder si quieres seguir con vida. - HUGO: La vida no es más que la gloria... La gloria que nos trae nuestra dignidad y valor... El ranger perdió la paciencia y golpeó repetidas veces a Hugo dejándolo sangrante y sufrido en el suelo. Posteriormente se acercó a Julio y le preguntó... - RANGER: ¿Tú quieres ser el inteligente? - JULIO: Qué quieres... - RANGER: Quiero saber dónde anda el caudillo... ¿Lo sabes? - JULIO: Sí... Unos segundos de silencio invadieron el ambiente y de pronto el otro ranger gritó... - RANGER 2: ¡Hable maldita sea! - JULIO: El ché... - RANGER: ¿Sí? - JULIO: Está luchando por la libertad... Y por la paz... En este momento. Los tres rangers se miraron entre sí y el herido se acercó, apuntó su arma hacia Julio y le dió un tiro en la pierna... - RANGER HERIDO: ¿Vas a hablar? - JULIO: ¡NO! - RANGER HERIDO (dando otro tiro): ¿Vas a hablar? - JULIO: ¡NO SÉ DONDE ESTÁ! - RANGER HERIDO: Entonces no eres de utilidad... El ranger herido apuntó a la cabeza de Julio y terminó con su vida, se aproximó entonces hacia Hugo... - RANGER HERIDO: Tú tampoco sabes, ¿Verdad? - JULIO: No... (entre llantos) - RANGER HERIDO: Hay alguna manera de hacerte hablar ¿No? - JULIO: No... - RANGER HERIDO: ¿Qué dicen, nos deshacemos de esta basura o nos divertimos con ella antes? - RANGER: ¡Lo que sea! - RANGER 2: ¡Vamos! Uno de los rangers se acercó y levantó por las axilas Hugo por detrás... - RANGER 2: ¡Vamos! ¡Esa herida pide venganza! El ranger herido y el otro ranger golpearon a Hugo preguntándole de momento en momento si es que este revelaría el lugar en el que se encontraba el Ché Guevara. Después de unos minutos de tortura lo dejaron caer al suelo... - RANGER: Inútil... - RANGER 2: Deberíamos seguir avanzando, puede que nos hagan una emboscada... - RANGER HERIDO: Primero liquiden a este... - RANGER: ¿No sabes nada verdad? (apuntando con el arma hacia el Hugo, herido, sufrido y masacrado) - HUGO: Algún día la gente como ustedes terminará 2 metros debajo de la tierra... - RANGER: Estoy seguro que no por tus manos hijo, además todos lo haremos, unos antes que otros... ¿Alguna otra cosa que quieras decirnos? Los otros rangers se reían levemente cuando miraban al torturador vociferar sus sarcasmos... - HUGO: Sí... - RANGER: Hazlo antes de que se acabe el tiempo. - HUGO: Hasta la victoria sie... Antes de que termine de hablar el ranger tiro del gatillo y lo mató... - RANGER: Se acabó el tiempo. Los demás rangers solo miraban en silencio, el torturador se acercó hacia ellos, el otro ranger recogió las armas de los guerrilleros ya muertos y el ranger herido lideró el camino... ------------------- SEGUNDO ACTO ------------------- PERSONAJES: - EL CHÉ - JUAQUÍN ZENTENO - JULIA CORTÉS - FELIX RODRIGUEZ - OFICIAL CUALQUIERA - NINFA ARTEAGA - MARIO TERÁN El ché está sentado en una silla, prisionero, solo y cabizbajo en un aula de la escuela LA HIGUERA. La maestra Julia Cortés entra entonces, molesta y con intenciones de insultar, degradar y maldecir al Ché... - JULIA CORTÉS: ¡Usted es un hombre pésimo! - CHÉ: Lo sé... - JULIA CORTÉS: ¿Por qué hace todo esto? ¡MUEREN GENTES! - CHÉ: Se dice... Muere gente. - JULIA CORTÉS: ¿Qué? - CHÉ: Usted es educadora ¿Verdad? - JULIA CORTÉS: Y a usted que le importa eso... - CHÉ: La gente de este país necesita buenos ejemplos. Julia Cortés se queda callada un momentO y lo mira fijamente... - CHÉ: Esté será un gran país un día, es un hermoso paisaje infinito... Repleto de tantas cosas... Es una lástima que algunas personas no sepan... Apreciar... - JULIA CORTÉS: ¿Qué es usted? ¿Qué busca? - CHÉ: Quiero lo mejor para todos, un mundo mejor... Y si eso requiere de sacrificios habrá que afrontarlos. - JULIA CORTÉS (tomando la cara del ché): Usted no es como me contaron... - CHÉ: Hay ciertas modificaciones en cuanto a mí... Un oficial de pronto le ordenó a la maestra que salga del aula, un helicóptero aterrizaría. La maestra se fue con un pensamiento muy diferente respecto al ché. Unos minutos después entran Joaquín Zenteno y el agente de la CIA Felix Rodriguez... - ZENTENO: Aquí está... - RODRIGUEZ: Atado como el animal que es. - CHÉ: Todos somos animales de alguna manera. - RODRIGUEZ: Silencio. - ZENTENO: ¿A qué vino todo esto, señor Guevara? - CHÉ: ¿Qué? - ZENTENO: ¿Por qué inició todo esto? - CHÉ: Todos lo saben y ustedes también. - RODRIGUEZ: Pobre animal... Cobarde. - CHÉ: ¿Cobarde? - RODRIGUEZ: Sí, me han contado cómo te acobardaste cuando te encontraron diciendo "VALGO MÁS VIVO QUE MUERTO"... - CHÉ: Esa era la verdad. - RODRIGUEZ: A ninguna agencia le interesa ya tu vida. - CHÉ: Eso es bueno. - RODRIGUEZ: IDIOTA (golpeando su cara) INDIO DE MIERDA (dando un puño a su estómago)... - CHÉ: TÚ ERES UN MERCENARIO, PERRO TRAIDOR... Un silencio ocupó el aula en ese momento... Félix Rodriguez se retiró rápidamente y Zenteno lo siguió diciendo antes al comandante Guevara... - ZENTENO: ¿Un cigarrillo? - CHÉ: Para después... El ché cae dormido y supuestamente pasa un día... El ché está dormido y un oficial cualquiera está vigilándolo, de pronto entra Rodriguez apresurado y le ordena al oficial que se retire del aula, el oficial se va hasta la puerta y mira desde ahí aun. Rodriguez patea la silla en la que está sentado el ché y le ordenó... - RODRIGUEZ: Habla... El ché no respondía, este le jaló del cabello y lo golpeó repetidas veces... - ROGRIGUEZ: ¡HABLA! Sordo, estúpido, ¡Idiota! El oficial desde la puerta observó los malos tratos de parte de Rodriguez al prisionero, no lo pudo permitir y lo retuvo, Rodriguez maldecía mientras forcejeaba histérico y entonces se cayó... - RODRIGUEZ (desde el suelo y luego levantándose): ¡Me las vas a pagar boliviano de mierda! ¡SALVAJE! ¡Te voy a matar, carajo! Rodriguez sale de la escena y pasa un buen momento, era hora de comer, entra entonces Ninfa Arteaga, la esposa del telegrafista de la hoguera llevando una sopa de maní al che, su almuerzo... - NINFA (llevando la sopa en sus manos): Los oficiales me han dicho que estarías más cómodo comiendo acompañado. - CHÉ: Gracias... - NINFA (soltando sus ataduras): Te quitaré esto... - CHÉ: Gracias... - NINFA: Ya está... - CHÉ (mirando fíjamente hacia Ninfa): ¿Han comido los demás prisioneros? - NINFA: Sí... - CHÉ: Me alegro. - NINFA (sollozando): Que cosas... Pasan en este mundo. - CHÉ: Sí... El ché termina de comer mientras Ninfa lo miraba y le dá las gracias, Ninfa se lleva el plato sollozando y mirando hacia atrás mientras salía del aula. El ché se queda solo una vez más, el oficial de la puerta lo ata soltando un suspiro. Amanece otro día y Rodriguez entrá un momento al aula donde estaba el ché... - RODRIGUEZ: Se han ofrecido a matarte, Guevara. - CHÉ: ... (Suspiro) - RODRIGUEZ: Esta tarde mueres. Rodriguez sale del aula dejando al ché solo. El ché mira hacia el techo, suelta un suspiro y deja caer la cabeza. Llega la tarde y borracho Mario terán se había ofrecido a dispararle, acompañado de Zenteno y Rodriguez entran adonde estaba el ché. - TERÁN: No puedo... - RODRIGUEZ (dando de beber a Terán para emborracharlo más): Yo sé que sí, te has ofrecido, Terán... - TERÁN (ayuda al ché a parar se de la silla y le desata): Ven... - RODRIGUEZ: ¿Qué haces? - ZENTENO: Déjalo... Se escuchan disparos afuera... El ché sabe que han matado a sus compañeros. - ZENTENO: Como he dicho, si lo deseas, puedes hacerlo ya. Zenteno se retiró del aula y se fue, sabiendo que el ché moriría, se fue rumbo a Vallegrande. - RODRIGUEZ: Hazlo... Terán cerró los ojos y haló el gatillo hiriendo al ché en el vientre, este solo resistió el dolor y quedó parado, Rodriguez entonces gritó y dió dos tiros contra el ché, matándolo así y mirando cómo caía su cuerpo sin vida al suelo. Rodriguez se retira del aula y el oficial arrastra al ché por las piernas fuera de esta unos minutos después de ver el cadáver con pena, intriga o quién sabe. -------- ÚLTIMO ACTO ------------ PERSONAJES: - HOMBRE - JULIA CORTÉS - NINFA ARTEAGA Sentados en sillas en una especie de reunión (IMAGINARIA) - HOMBRE: Y así muere una leyenda. - NINFA ARTEAGA: No voy a olvidar la mirada tierna y de agradecimiento que me dió al momento de desatarle las manos y darle el alimento... - JULIA CORTÉS: Cómo han distorcionado su imágen, cómo han deformado su ser... - HOMBRE: Es así y siempre será así... - NINFA ARTEAGA: Nunca le olvidaré. - JULIA CORTÉS: Un hombre cabal, íntegro y noble... Se levantan y salen caminando, uno después del otro. *FIN*
miércoles, septiembre 27, 2006 Me desperté hoy muy temprano, en un aturdimiento repentino, y me levanté enseguida de la cama, ahogado por un hastío incomprensible. Ningún sueño lo había provocado; ninguna realidad lo podría haber producido. Era un hastío absoluto y completo, pero fundado en algo. En el fondo oscuro de mi alma, fuerzas desconocidas trababan, invisibles, una batalla en que mi ser era el terreno de la lucha, y todo yo trepidaba bajo el embate incógnito. Una náusea física de la vida entera nació con mi despertar. Un horror de tener que vivir se alzó conmigo de la cama. Todo me pareció hueco y tuve la impresión fría de que nada tiene solución.Una inquietud enorme estremecía mis gestos mínimos. Temí enloquecer, no a causa del delirio, sino de esa verdad. Mi cuerpo era un grito latente. Mi corazón golpeaba como si hablase. Con grandes pasos falsos, que en vano intentaba cambiar, recorrí, descalzo, la pequeña extensión del cuarto, y la diagonal vacía de la habitación interior, cuya puerta, a un costado, da al corredor de la casa. Con movimientos incoherentes, imprecisos, rocé los cepillos sobre al cómoda, corrí una silla, y una vez golpeé, al balancearse la mano, el hierro frío de las patas de la cama inglesa. Prendí un cigarrillo, que fumé sin darme cuenta, y sólo cuando advertí que había caído ceniza en la cabecera de la cama-- ¿cómo, si yo no me había reclinado sobre ella?-- comprendí que estaba poseído, o algo así, en mi ser ya que no en mi nombre, y que la conciencia que yo debería tener de mí, se había intercalado con el abismo. Recibí el anuncio de la mañana, la poca luz fría que infunde un vago azul blanco al horizonte que despunta, como un beso de gratitud de las cosas. Porque esa luz, ese verdadero día, me liberaba, me liberaba no sé de qué, me extendía una mano hacia la vejez incógnita, le hacía fiestas a la infancia postiza, me amparaba en un reposo mendigado por mi sensibilidad desbordada. ¡Ah, qué mañana es esta que me despierta a la estupidez de la vida, y a su ternura inmensa! Casi lloro, viendo despuntar ante mí, debajo de mí, la vieja calle estrecha, y cuando las tapias del almacén de la esquina ya se muestran castaño sucio en la luz que empieza a derramarse, mi corazón siente un alivio de cuento de hadas reales, y empieza a conocer la seguridad de no sentirse. ¡Qué mañana esta pena! ¿Y qué sombras son las que se alejan? ¿Y qué misterios sucedieron? Nada: el sonido del primer tranvía como un fósforo que va a iluminar la oscuridad del alma, y los pasos sonoros de mi primer transeúnte que son la realidad concreta diciéndome, con voz de amigo, que trate de estar bien. Fernando Pessoa Texto enviado por Juliana González desde Colombia. lunes, septiembre 18, 2006 Un brazo nada más no es cosa malasi ves que el otro se convierte en ala. Y para qué dos pies, no es cosa buena, si a cuatro viva el alma suena. Tener mil pares de ojos para ver. te- ver-te- ver- te- ver. Y dos espaldas para tanta gente que sueña, pero sigue la corriente. Gabriel Zaid
(de "Escenas en el puerto") viernes, julio 14, 2006 Mi abuela -que no era tuerta- me decía:Las mujeres cuestan demasiado trabajo o no valen la pena. ¡Puebla tu sueño con las que te gusten y serán tuyas mientras descansas! No te limpies los dientes, por lo menos, con los sexos usados. Rehúye, dentro de lo posible, las enfermedades venéreas, pero si alguna vez necesitas optar entre un premio a la virtud y la sífilis, no trepides un solo instante: ¡El mercurio es mucho menos pesado que la abstinencia! Cuando unas nalgas te sonrían, no se lo confíes ni a los gatos. Recuerda que nunca encontrarás un sitio mejor donde meter la lengua que tu propio bolsillo, y que vale más un sexo en la mano que cien volando. Pero a mi abuela le gustaba contradecirse, y después de pedirme que le buscara los anteojos que tenía sobre la frente, agregaba con voz de daguerrotipo: La vida -te lo digo por experiencia- es un largo embrutecimiento. Ya ves en el estado y en el estilo en que se encuentra tu pobre abuela. ¡Si no fuese por la esperanza de ver un poco mejor después de muerta!. La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas. Poco a poco nos aprisiona la sintaxis, el diccionario, y aunque los mosquitos vuelen tocando la corneta, carecemos del coraje de llamarlos arcángeles. Cuando una tía nos lleva de visita, saludamos a todo el mundo, pero tenemos verguenza de estrecharle la mano al señor gato, y más tarde, al sentir deseos de viajar, tomamos un boleto en una agencia de vapores, en vez de metamorfosear una silla en un transatlántico. Por eso -aunque me creas completamente chocha- nunca me cansaré de repetirte que no debes renunciar ni a tu derecho de renunciar. El dolor de muelas, las estadísticas municipales, la utilización del aserrín, de la viruta y otros desperdicios, pueden proporcionarnos una satisfacción insospechada. Abre los brazos y no te niegues al clarinete, ni a las faltas de ortografía. Confecciónate una nueva virginidad cada cinco minutos y escucha estos consejos como si te los diera una moldura, pues aunque la experiencia sea una enfermedad que ofrece tan poco peligro de contagio, no debes exponerte a que te influencie ni tan siquiera tu propia sombra. ¡La imitación ha prostituido hasta a los alfileres de corbata! Espantapájaros (1932)
Oliverio Girondo viernes, junio 16, 2006 El primero fue escrito hace siglos por Erasmo de Rotterdam. No recuerdo bien de qué trataba, pero su título me conmovió siempre, y hoy sé por qué: la locura merece ser elogiada cuando la razón, esa razón que tanto enorgullece al Occidente, se rompe los dientes contra una realidad que no se deja ni se dejará atrapar jamás por las frías armas de la lógica, la ciencia pura y la tecnología.De Jean Cocteau es esta profunda intuición que muchos prefieren atribuir a su supuesta frivolidad: Victor Hugo era un loco que se creía Victor Hugo. Nada más cierto: hay que ser genial -epíteto que siempre me pareció un eufemismo razonable para explicar el grado supremo de la locura, es decir, de la ruptura de todos los lazos razonables- para escribir Los trabajadores del mar y Nuestra Señora de París. Y el día en que los plumíferos y los sicarios de la junta militar argentina echaron a rodar la calificación de "locas" a las Madres de Plaza de Mayo, más les hubiera valido pensar en lo que precede, suponiendo que hubieran sido capaces, cosa harto improbable. Estúpidos como corresponde a su fauna y a sus tendencias, no se dieron cuenta de que echaban a volar una inmensa bandada de palomas que habría de cubrir los cielos del mundo con su mensaje de angustiada verdad, con su mensaje que cada día es más escuchado y más comprendido por las mujeres y los hombres libres de todos los pueblos. Como no tengo nada de politólogo y mucho de poeta, veo el curso de la historia como los calígrafos japoneses sus dibujos: hay una hoja de papel, que es el espacio y también el tiempo, hay un pincel que una mano deja correr brevemente para trazar signos que se enlazan, juegan consigo mismo, buscan su propia armonía y se interrumpen en el punto exacto que ellos mismos determinan. Sé muy bien que hay una dialéctica de la historia (no sería socialista si no lo creyera), pero también sé que esa dialéctica de las sociedades humanas no es un frío producto lógico como lo quisieran tantos teóricos de la historia y la política. Lo irracional, lo inesperado, la bandada de palomas, las Madres de Plaza de Mayo, irrumpen en cualquier momento para desbaratar y trastrocar los cálculos más científicos de nuestras escuelas de guerra y de seguridad nacional. Por eso no tengo miedo de sumarme a los locos cuando digo que, de una manera que hará crujir los dientes de muchos bien pensantes, la sucesión del general Viola por el general Galtieri es hoy obra evidente y triunfo significativo de ese montón de Madres y de Abuelas que desde hace tanto tiempo se obstinan en visitar la Plaza de Mayo por razones que nada tienen que ver con sus bellezas edilicias o la majestad más bien cenicienta de su celebrada Pirámide. En los últimos meses, la actitud cada vez más definida de una parte del pueblo argentino se ha apoyado consciente o inconscientemente en la demencial obstinación de un puñado de mujeres que reclaman explicación por la desaparición de sus seres queridos. La vergüenza es una fuerza que puede disimularse mucho tiempo, pero que al final estalla de las maneras más inesperadas, y ese factor no ha sido tenido jamás en cuenta por la soberbia de los militares en el poder. Que bajo la férula menos violenta de Viola esa explosión haya asumido la magnitud de una manifestación de miles y miles de argentinos en las calles céntricas de Buenos Aires, y una serie creciente de declaraciones, denuncias y peticiones en los periódicos, es una prueba de debilidad castrense que la estirpe de los Galtieri y otros halcones no podía tolerar. Ellos, por supuesto, no lo saben de manera demasiado lúcida, pero la lógica de la locura no es menos implacable que la que se estudia en el colegio militar: el corolario del teorema es que el general Galtieri debería estar reconociendo a las Madres de Plaza de Mayo, pues es sobre todo gracias a ellas que ha podido dar el zarpazo que acaba de encaramarlo en el sillón de los mandamás. Por su parte, las madres y las abuelas que sin saberlo han facilitado su entronización, no tienen la menor idea de lo que han hecho. Muy al contrario, pues en el plano de la realidad inmediata esa sustitución de jefatura significa una profunda agravación del panorama político y social de la Argentina. Pero esa agravación es al mismo tiempo la prueba de que la copa está cada vez más colmada, y de que el proceso llega a su punto de máxima tensión. Es entonces que la respuesta de esa parte de nuestro pueblo capaz de seguir teniendo vergüenza deberá entrar en acción por todas las vías posibles, y que las fuerzas del interior y del exterior del país tendrán que responder a algo que las está invitando a salir de una etapa harto explicable pero que no puede continuar sin darles la razón a quienes pretenden tenerla. Sigamos siendo locos, madres y abuelitas de la Plaza de Mayo, gentes de pluma y de palabra, exiliados de dentro y de fuera. Sigamos siendo locos, argentinos: no hay otra manera de acabar con esa razón que vocifera sus slogans de orden, disciplina y patriotismo. Sigamos lanzando las palomas de la verdadera patria a los cielos de nuestra tierra y de todo el mundo. Julio Cortázar Nota: Iba a postear solo el cuarto parrafo, o los cuatro primeros, pero me parecio un atentado contra el autor, se que es un texto largo, pero no tiene desperdicio alguno de tiempo. viernes, abril 28, 2006 Buenas noches a todos desde tierras aztecas. Como ésta es mi primera entrada en éste blog, considero pertinente presentarme. Mi nombre es Mario González, tengo 15 años (un chilpayate sin duda alguna) soy mexicano (más específicamente chilango desterrado) y podríamos decir que me interesan todas las ramas del arte excepto la pintura y escultura, donde me considero pésimo. Como veo que la mayoría del H. cuerpo editor del blog es sudamericano, iniciaré con un autor mexicano. Carlos Fuentes.Lees ese anuncio: una oferta de esa naturaleza no se hace todos los días. Lees y relees el aviso. Parece dirigido a ti. A nadie más. Distraído, dejas que la ceniza del cigarro caiga dentro de la taza de té que has estado bebiendo en éste cafetín sucio y barato. Tú reelerás. Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Conocimiento perfecto, coloquial. Capaz de desempeñar labores de secretario. Juventud, conocimiento del francés, preferible si ha vivido en Francia algún tiempo. Tres mil pesos mensuales, comida y recámara cómoda, asoleada, apropiada estudio. Sólo falta que las letras más negras y llamativas del aviso informen: Felipe Montero. Se solicira Felipe Montero, antiguo becario en la Sorbona, historiador cargado de datos inútiles, acostumbrado a exhumar papeles amarillentos, profesor auxiliar en escuelas particulares, novecientos pesos mensuales. Pero si leyeras eso, sospecharías, lo tomarías a broma. Donceles 815. Acuda en persona. No hay teléfono... (...) Te sorprenderá pensar que alguien vive en la calle de Donceles. Siempre has creído que en el viejo centro no vive nadie. Caminas con lentitud, tratando de distinguir en número 815 en este conglomerado de viejos palacios coloniales convertidos en talleres, relojerías, tiendas de zapatos y expendios de aguas frescas (...) Tocas en vano esa manija, esa cabeza de perro en cobre, gastada, sin relieves: semejante a la cabeza de un feto canino en los museos de ciencias naturales. Imaginas que el perro te sonríe y sueltas su contacto helado. La puerta cede al empuje, levísimo, de tus dedos, y antes de entrar miras por última vez sobre tu hombro, frunces el ceño porque la larga fila detenida de camiones y autos gruñe, pita, suelta el humo insano de su prisa. Tratas, inútlimente de retener una sola imagen de ese mundo interior indiferenciado. |